jueves, 20 de agosto de 2009

Descubrimiento Americano

1492: descubrimiento y encuentro

Un 12 de octubre más. Una nueva conmemoración del Descubrimiento de América. El diccionario dice que un descubrimiento es el encuentro de una cosa oculta o desconocida y, por extensión, el hallazgo de una tierra o un mar ignorado o no conocido.

Pero, el 12 de octubre de 1492 no solo se conoce por su carácter de "descubrimiento". También se habla del "encuentro de dos culturas", de la "iniciación de una nueva etapa histórica", o del "fin de algunas culturas". Todo lo anterior, dependiendo de la perspectiva desde la cual se mire.

Conceptos básicos

El descubrimiento se asocia con el momento más restringido que los antropólogos llaman contacto. Es decir, los instantes iniciales, de adquisición de nuevos conocimientos geográficos o culturales, y del principio de una nueva situación.

El encuentro, en cambio, va más allá. No tiene límites cronológicos. Hay encuentro entre Colón y el pueblo Taíno de las Antillas, y también en Cajamarca entre Atahualpa y Pizarro, y cada vez que una sociedad colonial o republicana se relaciona con otra indígena. En ese momento, cada una de ellas reelabora su visión y concepción acerca del otro.

En un sentido más restringido, encuentro se refiere a "los momentos iniciales, cuando para cada una de las culturas involucradas se plantea -trágicamente a veces- el problema de la existencia de mundos distintos, de paradigmas diferentes y de la ausencia de referentes adecuados para interpretar los acontecimientos." (Martínez, 1991).

Celebración

Conmemorar o celebrar tiene, en este sentido, connotaciones distintas.

De cualquier manera, la idea es tratar de entender este 12 de Octubre como un hecho que marcó la historia del mundo. Pero un hecho inserto en el largo proceso de exploración del Océano Atlántico, que durante todo el siglo XV realizaron los navegantes portugueses y castellanos.

América entró así al mundo conocido, sufriendo el más brusco de los cambios: el repentino fin de la era del aislamiento. A partir de 1492, quedó de lleno, y en forma definitiva, inmersa -para bien y para mal- en los destinos de Occidente y de todo el orbe.

Europa antes del siglo XV

Cuando en Mesoamérica comenzaban a construirse los grandes centros ceremoniales del período Clásico, en Europa se terminaba el Imperio Romano. Allí, la invasión de los bárbaros, las tribus del norte y del este de Europa, dieron inicio a la llamada Edad Media, tiempo de predominio de Roma y el Papa.

En el año 711, los árabes -de religión musulmana y, por lo tanto, no cristianos- entraron a casi toda la península ibérica, donde actualmente están España y Portugal. Algunos reinos cristianos del norte se mantuvieron libres y comenzaron a pelear contra los que llamaron moros. A esa larga lucha se le llamó Reconquista.

En esa misma península vivían, además de moros, muchos cristianos y judíos que por la larga convivencia enriquecieron mutuamente sus culturas.

Como los árabes se adueñaron del Mar Mediterráneo, para los cristianos comenzó a ser difícil llegar a China. En Oriente había productos muy apreciados y, debido a las dificultades para llegar hasta allí, los europeos se dedicaron a buscar nuevas rutas.

La posición de España

Antes del siglo XV, España era más grande y poderosa que Portugal. Aunque tenía puertos en el Atlántico, no le interesaba ese océano.

Posteriormente, durante la mayor parte de esa centuria, su atención estuvo concentrada en el dominio islámico bajo el cual se encontraba gran parte del país y, especialmente, la ciudad de Granada. A pesar de ello, el litoral mediterráneo de España había estado libre de influencia islámica por varios siglos, y los barcos españoles habían convertido al país en una fuerza poderosa. En 1460, Cerdeña, Sicilia y la mitad sur de Italia estaban bajo su mando.

El antiguo imperio árabe se encontraba en decadencia y fue reemplazado por el imperio turco otomano con base en Estambul -Constantinopla en tiempos de los cristianos-. Hacia la misma fecha, el sultán turco completaba el dominio de Bulgaria, Grecia y Yugoeslavia. De allí que el Mediterráneo cayera en manos turcas y los países ibéricos volvieran su mirada al Atlántico.